lunes, 7 de marzo de 2011

Contexto Amazonio



“Análisis del Contexto Amazónico y Pueblos Indígenas”


                                                                      Soc. Roger Antonio Muro Guardián


Lima, 02 de marzo 2011

Introducción
Vivimos un mundo en profunda crisis, que se refleja en el cuestionamiento de los paradigmas en las principales disciplinas científicas, involucrando a las ciencias sociales y específicamente a la sociología.
En el marco de la mundialización de debates y toma de posiciones, la llamada globalización busca aferrarse a verdades absolutas o pensamientos únicos, que se  reflejan en nuestras sociedades y particularmente en los sectores sociales mas vulnerables, donde el conocimiento científico y la tecnología están predominantemente al servicio de determinados intereses económicos transnacionales.

EL presente artículo, escrito a partir de largos años de experiencia de trabajo en comunidades nativas y con pueblos amazónicos en el Perú y de la recuperación de valiosas experiencias de vida, que constituyen reales alternativas de diversos pueblos y culturas del continente latinoamericano, busca aportar a este debate en torno a los nuevos paradigmas que se plantean en el campo del desarrollo amazónico.
La recuperación holística de las culturas originarias en sus diferentes dimensiones (como enfoque y práctica comunitaria sustentada en las cosmovisiones indígenas) resulta  un  reto de actualidad para enfrenta los nuevos desafíos que se plantean ante este mundo  globalizado.

GLOBALIZACIÓN Y CONFLICTOS DE IDENTIDADES ÉTNICOS CULTURALES
Una de las tendencias de la globalización se expresa en la confrontación entre una cultura homogeneizadora con pretensiones de universalidad, versus la vigencia, el respeto y reconocimiento de la heterogeneidad cultural y de las identidades étnicas propias de las culturas originarias.
Esta tendencia en nuestro continente latinoamericano no es sino la expresión, bajo nuevas formas, de la confrontación históricamente no resuelta entre la cultura moderna y las culturas originarias.
A partir de este conflicto histórico cultural fundamental, es que los estados desarrollaron sus políticas “sin o en contra” de, los llamados ´indios´, tal como lo calificara un gran pensador latinoamericano como José Carlos Mariátegui a principios de siglo XX. (1)
Ello explica el porqué uno de los problemas centrales que atraviesa todo el cuerpo social de nuestras sociedades latinoamericanas lo configura la situación de los denominados pueblos indígenas, a quienes se prefiere conceptuar en este trabajo como los pueblos y culturas originarias.
Es indudable que los principales indicadores del desarrollo humano ubican a estas poblaciones en los más bajos y críticos niveles de pobreza, de extrema pobreza y de miseria. En esta situación  se encuentran más de 40 millones de habitantes de 400  culturas en centro y sur América. Paradójicamente estos mismos pueblos y culturas originarias han habitado desde milenios regiones geográficas de una gran riqueza natural, cuyos ecosistemas y recursos naturales han sido y son objeto de explotación, apropiación y depredación por agentes económicos locales y foráneos.
Adicionalmente, no han sido sólo sus recursos naturales objeto de procesos de explotación y apropiación, sino que también sus conocimientos, saberes y cosmovisiones ancestrales han sido  y son objeto de diversas formas de agresión, negación, “extirpación”, utilización y manipulación por agentes ideológicos, políticos y religiosos.
En este devenir histórico los sabios y sabias de los pueblos originarios en nuestro continente interpretaron y describieron con lucidez y premonitoriamente la realidad del mundo actual (del mundo que sobrevino a su conquista y dominación) como un mundo del desequilibrio, de la No Unidad, del “mundo al revés”, que llevaría a la humanidad al suicidio y al ecocídio del mundo natural. Desde su mitología identificaron la Utopía de sus pueblos Quechuas y Aymaras en relatos míticos como el  “Pachakutic” y  el “Inkari”, mitos que hoy siguen vigentes y recorren las alturas de la cordillera andina; o en los mitos amazónicos de la “Loma Santa” o la “Tierra Sin Mal” que recorren los ríos y llanos y viven en las poblaciones originarias de nuestra gran cuenca amazónica continental.

Sin embargo, los pueblos originarios no son los únicos que crean mitos. Hoy en los centros de poder de Occidente también se producen y difunden apologías míticas de la sociedad a través de sus  principales teóricos (intelectuales “best seller” del Norte). Así desde Francis Fukuyama con su “Fin de la Historia”(2) o los más recientes como Benjamín Barber con su libro “Jihad versus McWorld”(3), o Robert Kaplan con “The ends of the Earth”(4) y “An empire Wildeness” y finalmente Samuel Huntington con “The Clash of Civilizations”.(5)

¿Cuál es el mensaje común de estos autores?
Que el mundo actual - es decir el nuevo orden económico internacional globalizado presidido por el “país de Dios”, EE.UU. –  configura la máxima expresión del desarrollo humano y el problema está en aquellas identidades culturales (o como las califica Barber “nacionalismos tribales religiosos”) que están “aguando la fiesta” del actual edén humano en que vivimos.
Como ha señalado Didier Seroo(6), el problema con estas visiones ideológicas es que demuelen la historia y la filtran en sus anteojeras, sin realizar un análisis crítico de los procesos de globalización vigentes en los inicios del nuevo milenio

GLOBALIZACIÓN Y ESCENARIOS EN CURSO EN LOS TERRITORIOS DE PUEBLOS Y CULTURAS ORIGINARIAS

Estos procesos de globalización han abierto escenarios y tendencias comunes, y actualmente en curso en los territorios de los pueblos originarios en el continente,  como los que se resumen a continuación:

Escenario de inversión extracción económica

La invasión, apropiación y destrucción de sus territorios y ecosistemas naturales como consecuencia de una serie de factores de carácter neocolonial:
·      la creciente ocupación de la Amazonía por las inversiones e investigaciones de las transnacionales de la industria farmacéutica y química, lanzadas a la caza y apropiación de los recursos de la biodiversidad tropical, fuente primaria para el desarrollo de la revolución en la ingeniería genética y la biotecnología,

·      la expansión del nuevo ciclo  de la explotación de los recursos hidricarburiferos y de la minería por los grandes consorcios petroleros y mineros internacionales, debido a la crisis energética mundial,

·      la deforestación intensiva y extensiva de los bosques tropicales por las empresas madereras y la agricultura migratoria,

·      la expansión de los mercados y de nuevas inversiones promovidas por los organismos multilaterales e internacionales (Banco Mundial, Banco Interamericano Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, etc) en territorios de pueblos originarios, en el marco de los acuerdos comerciales como es el Tratado de Libre Comercio (TLCs) o el Plan Puebla Panamá a nivel subcontinental.

·      La ejecución de políticas, planes y programas de “desarrollo rural” inapropiados a las características ambientales de los ecosistemas amazónicos e inadecuados a los patrones socioculturales de las poblaciones originarias, lo que intensifica la insostenibilidad ecológica y la inequidad social,

Escenario de homogenización cultural

La secular presión cultural sobre los pueblos indígenas se ha visto intensificada y agravada con los avances tecnológicos en los medios y vías de comunicaciones, posibilitando una renovada y masiva ofensiva de diversas sectas  e  iglesias, así como de otros sectores políticos (grupos y partidos políticos, promoviendo políticas de clientelismo) y económicos.

Escenario de fragilidad jurídica

La vulnerabilidad y el desconocimiento sistemático de sus derechos, así como la negación de sus derechos específicos a la diferencia como pueblos y culturas originarias, desconociendo en muchos casos las normas nacionales e internacionales, negándoseles sus derechos a una real participación y representación social y política. Esta fragilidad jurídica se ha incrementado en el marco de la aplicación a nivel continental de las políticas económicas actuales-- que han involucrado la emergencia de nuevos cuerpos legales que liberalizan y privatizan los recursos naturales y en consecuencia desconocen, recortan o minimizan los derechos de las poblaciones locales ante los intereses económicos internacionales.

AMAZONIA Y PUEBLOS INDIGENAS

Bajo la denominación de Amazonia se entienden varias cosas:

La Cuenca Amazónica, delimitada por la divisoria de aguas que fluyen hacia el Amazonas y finalmente al Atlántico. Es la cuenca fluvial más extensa de la Tierra con 7,165, 281 Kim. El Dominio Amazónico, que se refiere a la región con flora y fauna características de origen amazónico. Se extiende más allá de la cuenca como América Central, la Orinoquia y las zonas tropicales de Guyana, Surinam y Guyana francesa; y la Amazonia tropical o los boques tropicales amazónicos, con cerca de 9 millones de Km2, el área más extensa de bosques tropicales del planeta que la cuenca misma.

La Cuenca Amazónica es la región hidrográfica cuyas aguas drenan hacia el Rio Amazonas, que a su vez desemboca en el Océano Atlántico, Es la cuenca fluvial más extensa de la Tierra. Representa el 1.40% de la superficie del Globo Terráqueo, el 4.82%  de la superficie emergida o continental del mismo, y el 40.18 % de América del Sur.

Contiene el 24% de agua dulce de la tierra excluyendo los hielos polares. En ella se encuentra más del 56% de los bosques tropicales de la Tierra que se extienden también fuera de la cuenca amazónica en Venezuela (Cuenca del Rio Orinoco), Guyana, Surinam, Guyana Francesa y Panamá. A consecuencia de su gran extensión y su desplazamiento latitudinal, la cuenca amazónica es muy heterogénea en sus características geográficas y ecológicas  porque abarca territorios que van desde el nivel del mar hasta 6,000 msnm en la Cordillera de los Andes.

La parte baja es un inmenso bioma de bosques y aguas donde la separación entre los ambientes boscosos y acuáticos es a veces muy difícil. Se calcula que entre el 20 y 30%  de las partes bajas (hasta los 500 msnm) están conformados por ambientes acuáticos o de fuerte influencia de aguas; ríos de diferentes características, lagunas o cochas; pantanos (aguajales o formaciones o polineras) y zonas inundables.

La Cuenca Amazónica es compartida por Brasil (66.90%) Perú (13.37%) Bolivia (11.52%) Colombia (5.67%) Ecuador 1.72%) Venezuela (0.74%) Guyana (0.08%). El Perú posee 956.751 Km2 de superficie amazónica, que corresponde al 74.44% del total del territorio nacional.

Entre Perú, Brasil y Bolivia contienen el 91.79% del total de la superficie de la Cuenca Amazónica-Los únicos países limítrofes del Rio Amazonas, son Perú, Brasil y Colombia, que tiene  posesión de territorios sobre sus orillas y tiene tratos especiales para la navegación sobre sus aguas territoriales. Los países amazónicos son Estados Parte del Tratado de Cooperación Amazónica, firmado en 1978 y desde 1998 del Siglo XX han conformado la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica con el propósito de coordinar estrategias y acciones de mutuo provecho en sus respectivos territorios amazónicos.

Los Bosques Amazónicos Tropicales

El bosque tiene una compleja estructura vertical de tres estratos de arboles: los emergentes más o menos dispersos, con alturas que pueden superar los 50 metros; los medianos con coronas densas y continuas, y con numerosas plantas epifitas y trepadoras; y el estrato de los mas bajos, repartidos entre el bosque. El estrato de hierbas y arbustos bajos del sotobosque, es escaso por la falta de luz: los árboles están cubiertos de lianas epifitas y muchas raíces aéreas cuelgan de las ramas. La diversidad de especies es muy alta, y por lo general no se encuentran muchos ejemplares de la misma especie por área.

El ciclo del carbono es muy rápido favorecido por la descomposición acelerada de la madera orgánica por la alta temperatura y humedad. La celulosa  la lignina a disposición de las termitas e insecto xilófagos es muy alta. El Ecosistema de los bosques tropicales es de los más activos que se conocen, siendo el flujo de energía y los ciclos de bioelementos muy rápido.

En la Amazonia se distinguen tres tipos de bosques: los inundables, que reciben diverso nombres (varzea, igapo, tahuampa) los no inundables y los de las estribaciones montañosas, que en el caso de los andes llegan hasta los 3.500 msnm. En cada una de estas tres categorías, se distinguen otros tipos de boques, tanto por su composición florística, como por la variación de en estructura por la altura y el suelo sobre el cual crecen.

Amazonia Tierra de Mitos

En el proceso de desarrollo moderno de la Amazonia (a partir del año 1,500), se han tejido innumerables mitos o medias verdades y medias mentiras, que han influenciado enormemente en las decisiones que se han tomado sobre esta región. El nombre del rio tiene su origen en la mitología griega de las mujeres amazonas ( a=sin; mazon =seno) aguerridas guerreras que se mutilaban lo senos para usar sin estorbo el arco y las flechas; Durante la expedición de Francisco de Orellana los españoles encontraron o creyeron encontrar grupos dominados por mujeres guerreras, de ahí surgió el nombre de Amazonas.

Surge luego el “Mito de El Dorado”, referido a un cacique o caudillo indio de los Andes de Colombia, que cubría su piel con polvo de oro y se sumergía ritualmente en el Lago Guatavito, cerca de Bogotá, rodeado de ofrendas de oro en homenaje al Sol. Los españoles y muchos escritores inventaron el mito del “Lago Parimé”, donde se decía estaba El Dorado, al noroeste del Rio Negro, en las Guayanas, y que su capital Manoo estaba empedrada de oro.

Se busco la “Tierra de la Canela”, porque unos indios mostraron a los conquistadores españoles en Quito y Cajamarca cortezas con aromas a canela. Ciertamente se encontró algo parecido a la canela, pero en nada a la verdadera canela de Asia. Se tejieron, también, otros mitos, producto de la imaginación de exploradores y de leyendas mal interpretadas. Se llegó a describir y dibujar a los Tivitiva, seres humanos que Vivian en los arboles, y a los Acéfalos, que no tenían cabeza y la boca estaba situada en el pecho: Lo espectacular de la Región y su misteriosa Selva, atizo la imaginación de gente seria.

En tiempos más cercanos se tejieron “los mitos de la homogeneidad” o el inmenso “Infierno Verde” , el del “Vacio Amazónico”, el de la “Inmensa Riqueza y de la Extrema Pobreza”, el del “indígena freno u Obstáculo” para el desarrollo, o el de “Pulmón del Mundo”, el de una tierra de desfogue para los problemas periféricos, una suerte de “tierra prometida” y hasta la pretensión de la “Internacionalización”.

Estos mitos crearon durante mucho tiempo la idea de una tierra imaginaria llena de animales salvajes, incluido dentro ellos a los pobladores indígenas. A la que había que conquistarla, porque representaba una inmensa tierra verde vacía, llena de riqueza.

Tierra de intereses encontrados

La Amazonia por ser la masa más extensa de bosques tropicales del planeta y por ser una región supuestamente poco intervenida por el hombre, es objeto de alto interés mundial y de interese encontrados sobre su futuro. Para muchos la amazonia es un espacio que debería permanecer intocado, para asegurar el equilibrio ambiental a nivel global. Diversas organizaciones mundiales y nacionales consideran que debería  permanecer como una especie “reserva mundial”, ya se ha llegado a plantear su “internacionalización” .

Para los países de la región, “la Amazonia es depositaria de importantes recursos naturales”, cuya utilización constituye una esperanza para el desarrollo y así poder salir de la pobreza en que se debaten sus pueblos. La Amazonia es también hogar de 400 pueblos originarios, cuya antigüedad se remonta a los 10,000 años de existencia. Sus culturas y conocimientos constituyen valiosos aportes al desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Tierra de contradicciones y problemas

La Amazonia se presenta hoy como una región de contradicciones y problemas crecientes en los aspectos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales:

Desorden y sobreposición de intereses

En lo referente al uso de recursos es sumamente preocupante la sobreposicion de intereses agropecuarios, forestales, hidricarburiferos, mineros, viales, urbanos, indígenas, extractivistas y de conservación con los consecuentes problemas sociales que con frecuencia conducen a conflictos latentes, como el que tuvimos en Bagua con su secuela dramática de muertes de peruanos (policías y nativos) y heridos, con ocasión de la dación de una serie de Decretos Legislativos inconsultos.

Precarias condiciones humanas

La calidad de vida no es satisfactoria, sino que está en proceso de deterioro permanente- Los conflictos sociales se están extendiendo por la falta de oportunidades de desarrollo de probaba rentabilidad  económica, distribución justa de los beneficios y ausencia de ordenamiento territorial.

Desarrollo importado y sesgado de la realidad: centrado en alterar los patrones de vida adecuados no ha satisfecho las necesidades esenciales de la población indígena y local. La educación se base en contenidos ajenos a la realidad amazónica: la vivienda no ha sido ni rescatada en sus cualidades ni fomentada. Se ha descuidado la salud ambiental, y se presenta con fuertes repercusiones sobre la salud de la población por la introducción de  nuevas enfermedades  (cólera SIDA) La alteración de los patrones de alimenticios ha generado una creciente dependencia de alimentos extraregionales.

Derechos y aspectos jurídicos

Conforme a la verificación objetiva de nuestra realidad y la consiguiente reconocimiento constitucional, el Perú definitivamente es un país pluricultural, multiétnico y multilingüe. Así, de acuerdo al Mapa Etnolingüístico Oficial del Perú (7), en el país existen 72 grupos etnicos, 7 ubicadas en el área andina y 65 en el área amazónica, las cuales se agrupan en 14 familias lingüísticas indígenas[1]. Según otras fuentes, la heterogeneidad de la población peruana se manifiesta actualmente, en la coexistencia de 43 lenguas: 39 son amazónicas, una lengua en fase de estudio y 3 lenguas andinas: el quechua, aymara y jacura. Todas ellas agrupadas en 17 familias lingüísticas. Los tres grupos etnolingüísticos más numerosos de la Amazonía son: Asháninka 57,998, el Aguaruna 45,137 y el Shipibo 20,178. Según los registros del Ministerio de Agricultura, los pueblos indígenas del Perú están organizados mayoritariamente en 5,826 comunidades campesinas -andinas y costeñas- reconocidas[2] y 1,265 comunidades nativas amazónicas[3] inscritas.

De acuerdo a la misma fuente, las comunidades campesinas ocupan una extensión superficial de 16,706,952.7557 has. y agrupan aproximadamente a 1´041,587 familias. Las comunidades nativas ocupan una extensión superficial de 9´269,332.3145 has. y agrupan aproximadamente a 45,791 familias. La mayoría de las comunidades vive en condiciones de extrema pobreza e inferior calidad de vida. La pobreza estructural afecta a los pueblos indígenas con mayor intensidad, restringiéndoles el pleno goce de sus derechos humanos, económicos, sociales y culturales.

Mapa de ubicación de los Pueblos Indígenas Amazónicos

Las constituciones peruanas han considerado los derechos indígenas solamente como los correspondientes a “comunidades”; y no como pueblos o nacionalidades etinicas, esta situación es una herencia de la época colonial, cuando los pueblos originarios fueron divididos en porciones mínimas de derechos, llamadas durante mucho tiempo “comunidad indígena”, pretendiendo resquebrajar la integridad de los pueblos, porque estos fueron divididos en comunidades y esta situación se agravó durante la época republicana.

Las organizaciones indígenas sostienen que los derechos comunales no sólo deben cumplirse de manera efectiva, sino que además los pueblos indígenas deben recuperar el rango jurídico que les corresponde por ser pueblos y, en consecuencia, sujetos pleno de derechos. Si bien se han expedido normas de respeto a la integridad territorial de las comunidades nativas, en los hechos, gran parte de los territorios de los pueblos amazónicos, no han sido respetados por el propio Estado, que ha procedido a otorgar derechos a terceros, ya sea para uso forestal, para la extracción de recursos naturales: mineros e hidrocarburos, para la construcción de carreteras, etc.

Siguiendo este orden de tipo estatal, las Comunidades Nativas, existen en sus territorios desde épocas inmemoriales y su relación con el territorio que ocupan no es la misma que el resto de la sociedad peruanal. Existen 1,267 Comunidades Nativas reconocidas de las cuales hay 1,175 tituladas y 603 inscritas en los Registros Públicos. Del total solo 700 cuentan con información de catastro georeferenciado. Los títulos de las comunidades nativas están compuestos por el título de propiedad propiamente dicho y el contrato de cesión en uso por tiempo indefinido de las áreas forestales. Esta diferenciación ha generado confusión y se debe establecer cuántos de estos contratos se encuentran en los Registros Públicos.

Los planos levantados con fines de titulación de las Comunidades Nativas, especialmente durante el período 1975-1990 se efectuaron haciendo uso de instrumentos de poca precisión (teodolitos, brújulas, winchas etc.) o en algunos casos se elaboraron en gabinete teniendo como referencia solamente a los ríos más importantes y al ser replanteados difieren de la real ubicación geográfica del territorio comunal, en áreas y linderos que repercute en la estabilidad jurídica de las tierras tituladas a favor de las comunidades nativas; así mismo al pretender elaborar un catastro se ha permitido descubrir espacios vacíos que son materia de solicitud de ampliaciones para consolidar los territorios comunales; sin embargo las solicitudes de ampliación no han sido tramitadas, en su gran mayoría, por falta de un catastro.

Los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario o en contacto inicial

De otro lado, en la Amazonía peruana también habitan una cantidad indeterminada de Pueblos Indígenas caracterizados por no seguir un patrón de vida sedentario. No viven en un solo lugar o asentamiento, sino que se desplazan por el bosque amazónico refugiándose de diversas amenazas a sus formas de vida. Entre ellos existe una gran población aún no identificada, especialmente en la zona fronteriza Perú- Brasil, que ha dado lugar –en el caso brasileño- a la creación de varias reservas indígenas de protección especial.

Diferentes grupos etno-lingüísticos, entre ellos los Nanti (Kugapakori), Kirineri, Matsigenga[4], Asháninka y Poyenitzari, de la familia lingüística Arawac; Chitonahua, Maschcopiro, Maxonahua, Morunahua, Marinahua y Sharanahua, entre otros, de la familia lingüística Pano, han optado por aislarse voluntariamente de la sociedad nacional no indígena y, por lo tanto, no cuentan como las comunidades nativas con tierras legalmente reconocidas. Los Pueblos Indígenas en aislamiento voluntario, de los cuales hasta el momento se han podido identificar 14 grupos etnolingüísticos, pero con una población indeterminada, viven en los departamentos de Cusco, Madre de Dios, Apurímac, Ucayali, Huánuco y Loreto, y por su misma condición se encuentran en una situación especialmente vulnerable.

En los departamentos de Cusco, Madre de Dios y Ucayali coexisten diez pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial pertenecientes a las familias lingüísticas Arawak y Pano. Las del primer grupo se localizan en la zona formada por las cabeceras y partes altas de los ríos Ticumpinía, Timpía, Camisea, Manu, Paquiria, Serjali, Las Piedras, Los Amigos y Tahuamanu. Las del segundo grupo se ubican en la zona formada por las cabeceras de los ríos Inuya, Mapuya, Cujar (Alto Purús), Alto Yuruá, Alto Sepahua, Alto Piedras y probablemente los ríos Tahuamanu, Yaco y Chandless. De igual manera, dichos grupos existen en las Áreas Naturales Protegidas como el Parque Nacional del Manu, el Parque Nacional del Alto Purús y en la Zona Reservada Apurímac - Vilcabamba.

Ellos, en la hipótesis de un eventual contacto con foráneos estarían expuestos a enfermedades tan comunes para nosotros como son la gripe y enfermedades diarreicas, pero también a nuevas enfermedades e incluso epidemias mortales. También, sufrirían otro tipo de amenazas derivadas de la destrucción del medio ambiente y la invasión de sus territorios por la exploración y explotación petrolera, maderera, aurífera, por la presión de grupos religiosos mediante contactos forzados, por investigadores etnobotánicos, lingüístico-botánicos, por ser un destino de ecoturismo, por la colonización, la violencia política, el narcotráfico y otros.

Desde hace casi 30 años, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana –AIDESEP, junto a otras organizaciones indígenas de la Amazonía, han asumido la defensa de estos Pueblos en aislamiento voluntario, dado que ellos no cuentan con representación ante la sociedad peruana. Situación que se legalizo con la aplicación del inciso a) del artículo 6º del Convenio 169 OIT.

Según el Convenio N° 169 de la Organización Internacional del Trabajo[5] “los gobiernos deberán tomar medidas para impedir tales infracciones” (Art. 18°). Por lo tanto, el Estado peruano debe reconocer oficialmente la existencia de los Pueblos Indígenas en situación de aislamiento voluntario, así como los derechos territoriales que les son propios. Debe asumir, asimismo, el compromiso de protegerlos, por la situación de vulnerabilidad en que se encuentran, respetando al mismo tiempo su voluntad de vivir en aislamiento mientras éstos no cambien – libre y voluntariamente- tal decisión y expresen su voluntad de acercamiento al resto de la sociedad nacional.”

El Conflicto Amazónico: Pueblos Indígenas versus Estado neoliberal

El número grande y creciente de propuestas y decisiones sobre infraestructuras públicas y uso de recursos naturales en la Amazonía del Perú no guarda relación con la poca información de que dispone la sociedad. Ésta, incluida la población que será directamente afectada por esas medidas, recibe apenas fragmentos dispersos, confusos y tardíos de información que, además, siempre presentan el punto de vista de sus promotores, sean estos gubernamentales o particulares y en ningún caso se brindan oportunidades efectivas de discutirlas. La falta de transparencia es causa principal de los graves conflictos sociales que cada vez con mayor intensidad se producen en la Selva peruana.

Según estudio realizado por Marc Dourojeanni, Alberto Barandiaran y Diego Dourojeanni, denominado “Amazonia Peruana 2021: Explotación de Recursos naturales e infraestructura”, dan cuenta de los siguientes hallazgos:

“…La información compilada, a pesar de no ser exhaustiva, confirma plenamente el supuesto de que la Amazonía peruana está entrando en un nuevo ciclo de explotación desenfrenada de sus recursos, que tal como se ha dado en los casos del caucho y del petróleo, no lleva en cuenta sus consecuencias sociales, ni ambientales, y las económicas son vistas apenas desde el ángulo de la ganancia. La diferencia, esta vez, es que los recursos que están en la mira de los inversionistas son todos al mismo tiempo, y que, por eso, van acompañados de propuestas de construcción de infraestructuras que por su número e importancia no tienen precedente histórico. En efecto, entre ellos destacan 52 proyectos de generación de energía hidroeléctrica en la cuenca amazónica, de los que 26 están propiamente en la Selva, incluidos los grandes, como los previstos en los ríos Marañón, Ene e Inambari…”.

“…Por lo menos dos de esos proyectos deberían ser ejecutados durante la próxima década, incluidas sus líneas de trasmisión. La búsqueda de hidrocarburos, que ya asoló principalmente el norte de Loreto, se expande ahora a más del 70% de la Selva y eso puede aumentar. Ya existen 7 lotes con contratos de explotación activos. La minería abarca más de 10 millones de hectáreas de la cuenca amazónica en forma de derechos titulados y la que se desarrolla propiamente en la Selva ya es importante en Amazonas y San Martín. De otra parte, la explotación aurífera informal reviste características trágicas en términos sociales y ambientales en Madre de Dios y está en plena expansión...”

“…Las carreteras son una pieza esencial del desarrollo pues de ellas depende la viabilidad de explotación de la mayor parte de los recursos naturales. Existen, oficialmente, casi 8,000 km construidos pero, considerando los caminos vecinales y los que son iniciativas particulares, existe mucho más que eso. El gobierno nacional prevé la construcción de 880 km adicionales, el asfaltado de 2,089 km y la mejoría de otros 1,517 km sin incluir en estas sumas las carreteras interoceánicas Sur y Norte. Pero es probable que se hagan muchas otras obras viales en el futuro mediato, entre ellas la Interoceánica Centro (Pucallpa-Cruzeiro do Sul). También está prevista la construcción de unos 4,200 km de hidrovías y de varios miles de kilómetros de hasta 7 ferrovías, tres de las cuales serían conectadas al sistema brasile-ño. En el sector agrario, con el pretexto de contribuir a reducir la dependencia del país de combustibles fósiles y atenuar el efecto invernadero, se propone el establecimiento de casi medio millón de hectáreas de plantaciones para biocombustibles y, en el rubro forestal, ya están concedidas 7.7 millones de hectáreas para explotación de madera formal, pero la extracción informal cubre prácticamente toda la Selva…”

“…Cuando se revisan individualmente las implicaciones ambientales y sociales de cada proyecto, los que corresponden a cada sector y, todos ellos en su conjunto, la magnitud y gravedad de los impactos ambientales y sociales que son razonablemente previsibles son inmensos. Lo serían aún en el caso de que solamente entre un tercio y la mitad de las propuestas sea realmente materializado en el lapso de una década…”

“..Los impactos ambientales principales serán la deforestación por cambio de uso de la tierra y la degradación de los bosques por usos agropecuarios, mineros, petroleros, forestales y por su transformación en lagos artificiales; la pérdida drástica de elementos del patrimonio biológico natural; la contaminación de suelos y aguas por agroquímicos, por secuelas de la explotación de hidrocarburos y de la minería así como por residuos urbanos e industriales; la alteración del régimen hidroló-gico amazónico tanto por represamientos como por la alteración del ciclo hidrológico por la deforestación; un aumento cuantioso de la contribución del Perú al fenómenos de cambio climático por emisiones de CO2 y de otros gases por deforestación y por lagos artificiales y, entre muchos otros, la radicalización de procesos erosivos insidiosos y violentos, especialmente en la Selva Alta…”

Hasta aquí, hemos sido algo extensos en citar párrafos completos del Resumen Ejecutivo, el estudio de los expertos mencionados, hemos obrado así, con la finalidad, de tener una idea lo mas ampliada posible  sobre los posibles impactos que acarrearían a la amazonia de continuar este tipo de política. Tampoco se trata de establecer una lógica conservacionista a ultranza, de no tocar nuestra amazonia, antes por contrario, se trata de pensar en políticas de uso y manejo sostenibles de la biodiversidad y de reconocimiento y respecto de los derechos de los pueblos indígenas. Sobre esto hablaremos más adelante.

Situación de los Pueblos Indígenas

La situación de la población indígena no ha cambiado con la república, muchos pueblos indígenas, cuya propiedad sobre sus tierras podría ser revocada, o "anulada", por el Estado en cualquier momento. Precisamente, las políticas amazónicas implementadas por el régimen del Presidente Alan García, son vistas con desconfianza por parte de las poblaciones indígenas, a partir de su visión expresada públicamente en los artículos de “El Síndrome del Perro del hortelano”. Publicados en el diario El Comercio en octubre del 2007.

Derechos fundamentales no reconocidos, como ejercicio efectivo para por fin incluir a las poblaciones indígenas como parte de la sociedad peruana. Conflicto fundamental cuyos protagonistas son los pueblos indígenas amazónicos y andinos, por un lado, y empresas trasnacionales por otro, y donde el Gobierno, lamentablemente interviene inclinándose fuertemente a favor de las segundas: concediendo derechos de exploración y explotación sobre los recursos naturales ubicados en los territorios ancestrales de los pueblos originarios, desconociendo su derecho a la consulta reconocido internacionalmente por el Convenio 169 de la OIT, incumpliendo su rol protector del medio ambiente. 

Y junto con los derechos de estas poblaciones, que a lo largo de siglos aprendieron a convivir con la naturaleza, lo que está en juego en este conflicto es la preservación del medio ambiente y manejo sostenible de los recursos naturales, no solamente para estas poblaciones, sino sobre todo para la vida del planeta frente al impacto del cambio climático. Es decir, protección de la vida del planeta tierra.

Actores importantes son los grandes medios de comunicación, que trasmiten mensajes a la opinión pública, acerca de que la mejor alternativa de desarrollo, es ceder la explotación de los recursos naturales a empresas particulares, sin más visión de futuro que la recuperación de sus inversiones al más corto plazo posible.

El proceso de inserción de la economía peruana en la economía mundial del siglo XX se basó en la explotación de los recursos naturales y los pueblos concernidos: el boom del caucho y las “correrías”; el hambre de petróleo de los años ‘70 y los “lotes” petroleros; el gas del sur; la extracción maderera y las “concesiones”. La memoria colectiva de los pueblos tiene en sus actuales miembros una imagen muy clara de estos procesos históricos.

La Cuestión indígena

Para entender esta situación es indispensable abrir de nuevo la cuestión de lo ‘indígena’ en América Latina. Pero, en esta ocasión en un espacio limitado, me restringiré a plantear las propuestas más significativas para su indagación y debate. En primer término, es necesario reconocer que tanto, los que hoy se autoidentifican como ‘indígenas’ en vez de ‘indios’, como aquellos otros que admiten ahora identifi­car­los como ‘indígenas’, ¨nativos¨, ‘aborígenes’ u  ‘originarios’, son exactamente lo mismo, si se trata del lugar de su nacimiento o, incluso para una inmensa mayoría, si se trata de la ‘antigüedad’ - de lo ‘aborigen’, pues - parcial o total, de su linaje familiar. Esto es, desde esa perspectiva todos y cada uno de cualquiera de ambos lados caben, exactamente, bajo los mismos calificativos identificatorios. En cambio, los unos y los otros no son lo mismo, de ninguna manera, si se trata de su relación con lo ‘blanco’ y con lo ‘europeo’.

Y esa es, precisamente, la cuestión: cualquiera de tales ‘categorías’, en América, en especial en América Latina, sólo tienen sentido en referencia al patrón de poder que se origina en la experiencia colonial y que desde entonces no ha dejado de reproducirse y desarrollarse manteniendo sus mismos fundamentos de origen y de carácter colonial.

Para lo que aquí específicamente interesa, los principales productos de la experiencia colonial son:

1) La ‘racialización’ de las relaciones entre colonizadores y colonizados. En adelante, ‘raza’, un constructo mental moderno, sin nada que ver con nada en la previa realidad, generado para naturalizar las relaciones sociales de dominación producidas por la conquista, se constituye en la piedra de toque del nuevo sistema de dominación, ya que las formas de dominación precedentes, como entre sexos y edades, son redefinidos en torno de la hegemonía de ‘raza’. Los originarios términos extremos de ese nuevo sistema de dominación son, de un lado, los ‘indios’, término colonial en el cual son embutidas las numerosas identidades históricas que habitaban este continente antes de la conquista española y, del otro, los colonizadores, que desde el siglo XVIII se autoidentificarán, respecto de los ‘indios’, ‘negros’ y ‘mestizos’, como ‘blancos’ y ‘europeos’.
2) La configuración de un nuevo sistema de explotación que articula en una única estructura conjunta a todas las formas históricas de control del trabajo o explotación (esclavitud, servidumbre, pequeña producción mercantil simple, reciprocidad, capital), para la producción de mercaderías para el mercado mundial, en torno de la hegemonía del capital, lo que otorga al conjunto del nuevo sistema de explotación, su carácter capitalista.
3) El eurocentrismo como el nuevo modo de producción y de control de subjetividad -imaginario, conocimiento, memoria- y ante todo del conocimiento. Expresa la nueva subjetividad, las relaciones intersubjetivas, que se procesan en el nuevo patrón de poder. Es decir, los nuevos intereses sociales y las nuevas necesidades sociales que se generan y se desarrollan dentro de la experiencia de la colonialidad del poder, en especial de las relaciones entre el nuevo sistema de dominación social ordenado en torno de la idea de ‘raza’ y el nuevo sistema de explotación capitalista.
Ese es el contexto que modula la novedad de la experiencia del tiempo nuevo, de radicales cambios histórico-sociales, de nuevas relaciones con el tiempo y con el espacio, el desplazamiento del pasado por el futuro como la nueva edad dorada de realización de los anhelos de la especie. En suma, el proceso que será nombrado pronto como modernidad. El eurocentramiento del control del nuevo patrón de poder implicó que la elaboración intelectual sistemática del modo de producción y de control del conocimiento tuviera lugar, precisamente, en la Europa Occidental que se va constituyendo en el mismo tiempo y en el mismo movimiento histórico. Y la expansión mundial del colonialismo europeo lleva también a la hegemonía mundial del eurocentrismo.
4) Finalmente, el establecimiento de un sistema nuevo de control de la autoridad colectiva, en torno de la hegemonía del Estado - Estado-Nación después del siglo XVIII - y de un sistema de Estados, de cuya generación y control son excluidas las poblaciones ‘racialmente’ clasificadas como ‘inferiores’. En otros términos, se trata de un sistema privado de control de la autoridad colectiva, en tanto que exclusivo atributo de los colonizadores, ergo ‘europeos’ o ‘blancos’.
Ese patrón de poder, que comenzó a ser constituido hace cinco siglos, es mundialmente hegemónico desde el siglo XVIII. En América, por eso, las cuestiones referidas al debate de lo ‘indígena’ no pueden ser indagadas, ni debatidas, sino en relación a la colonialidad del patrón de poder que nos habita, y desde esa perspectiva, pues fuera de ella no tendrían sentido. Es decir, la cuestión de lo ‘indígena’ en América y en particular en América Latina, es una cuestión de la colonialidad del patrón de poder vigente, al mismo título que las categorías ‘indio’, ‘negro’, ‘mestizo, ‘blanco’.
Con la derrota del colonialismo británico primero, e ibérico después, en América se instala una paradoja histórica específica: estados independientes articulados a sociedades coloniales
En el caso de los países que se constituyen en la América que se desprende del colonialismo ibérico, sea en el área española o más tarde en la portuguesa, el proceso es radicalmente diferente: los que logran asumir finalmente el control del proceso estatal forman, de un lado, una reducida minoría de origen ‘europeo’ o ‘blanco’, frente a la abrumadora mayoría de ‘indios’, de ‘negros’ y de sus correspondientes ‘mestizos’-
Esto es, esas poblaciones no sólo estaban legal y socialmente impedidas de tomar alguna participación en la generación y en la gestión del proceso estatal, en su condición de siervos y de esclavos, sino que además, no habían dejado de ser poblaciones colonizadas en tanto ‘indios’, ‘negros’ y ‘mestizos’ y, en consecuencia, tampoco tenían opción alguna de participar en el proceso estatal. La sociedad continuó organizada, largamente, según el patrón de dominación producido bajo el colonialismo. Era, entonces, y seguía siendo, una sociedad colonial, en los mismos tiempos y movimiento histórico en que se independizaba, se formaba y se definía el nuevo estado. Ese nuevo Estado era independiente del poder colonial, pero, simultánea­mente, en su carácter de centro de control del poder, era una ceñida expresión de la colonialidad del poder en la sociedad.  ¿De cuál ‘nación’ eran los nuevos estados que se constituían? ¿De los ‘europeos’  o ‘blancos’ que se llamaban ahora ‘mexicanos’, ‘peruanos’ o ‘brasileños’, esto es que también se otorgaban una nueva identidad nacional? Pero estos eran una minoría realmente muy pequeña en todas partes.
La nacionalidad de los nuevos estados no representaba a las identidades de la abrumadora mayoría de la población sometida a los nuevos estados. En rigor, originalmente les era contraria. En ambas dimensiones fundamentales, el nuevo estado independiente en esta América (Latina), no emergía como un moderno Estado-Nación: no era nacional respecto de la inmensa mayoría de la población y no era democrático, no estaba fundado en, ni representaba, ninguna efectiva ciudadanía mayoritaria.
La cuestión de la democracia y el 'problema indígena'[6]
Esa peculiar situación de la nueva sociedad ex – colonial no quedó del todo oculta para una parte de los nuevos dueños del poder. Inmediatamente después de la consolidación de la victoria anticolonial, al promediar la segunda década del siglo XIX, en el área hispana ya está en debate la cuestión del carácter del Estado y los problemas de ciudadanía. Para los liberales, en particular, eran demasiado visibles, por inmensas, las distancias entre sus modelos políticos. Entonces procedentes sobre todo del discurso de la revolución liberal en Europa Occidental, y las condiciones concretas de su implantación en esta América. Y la población ‘india’ será percibida pronto como un problema para la implantación del moderno Estado-Nación, para la modernización de la sociedad, de la cultura. Así, en el debate político latinoamericano se instala, desde la partida, lo que se denominó por casi dos siglos, el ‘problema indígena’. Se podría decir, en verdad, que tal ‘problema indígena’ es coetáneo con la fundación de las repúblicas ibero-americanas
¿Porqué eran los ¨indios¨ un problema en el debate sobre la implantación del moderno Estado-Nación en esas nuevas repúblicas?. Fuera de la colonialidad del poder en las nuevas repúblicas, semejante problema no tendría sentido. En cambio, desde esa perspectiva, los ‘indios’ no eran solamente siervos, como eran esclavos los ‘negros’. Eran, primero que nada, ‘razas inferiores’. Y la idea de ‘raza’ había sido impuesta no solamente como parte de la materialidad de las relaciones sociales – como era el caso de la esclavitud o de la servidumbre, lo que, en consecuencia, puede cambiar – sino como parte de la materialidad de las propias gentes, como era, precisamente, el caso con los ‘indios’, con los ‘negros’, con los ‘blancos’. Y en este nivel, por lo tanto, no había cambios posibles. Y éste era, exactamente, el ‘problema indígena’: no era suficiente quitar a los ‘indios’ el peso de las formas no salariales de división del trabajo, como la servidumbre, para hacerlos iguales a los demás, como había sido posible en Europa en el curso de las revoluciones liberales. O las marcas del colonialismo tradicional, como el ‘tributo indígena’, para descolonizar las relaciones de dominación, como había ocurrido al ser derrotadas o desintegrados los colonialismos anteriores. Y, encima, los sectores hegemónicos dentro de la fauna dominante se oponían con todas sus fuerzas a la eliminación del tributo, pero sobre todo de la servidumbre.
¿Quién trabajaría entonces para los dueños del poder?. Y era, precisamente, el argumento ‘racial’ el instrumento, explícito o sobrentendido, para la defensa de los intereses sociales de los dominadores.
El ‘problema indígena’ se convirtió, pues, en un auténtico incordio político y teórico en América Latina. Para ser resuelto requería, simultáneamente, ya que por su naturaleza el cambio en una de las dimensiones implicaba el de cada una de las otras: 1) la descolonización de las relaciones políticas dentro del Estado; 2) la transformación de las condiciones de explotación y el término de la servidumbre; 3) y como condición y punto de partida, la descolonización de las relaciones de dominación social, la expurgación de ‘raza’ como la  forma
En otros términos, la solución efectiva del ‘problema indígena’ implicaba, no podía dejar de implicar, la transformación y desintegración del entero patrón de poder. Y dadas las relaciones de fuerzas sociales y políticas del período, no era en consecuencia factible la solución real y definitiva del problema, ni siquiera parcialmente. Por eso, con el ‘problema indígena’ se constituyó el nudo histórico específico, no desatado hasta hoy, que maniata el movimiento histórico de América Latina: el des-encuentro entre nación, identidad y democracia.
La coyuntura del Siglo XXI: las nuevas demandas de la economía mundial

La situación de la cuestión indígena no a cambiado con la república, muchos pueblos indígenas, cuya propiedad sobre sus tierras podría ser revocada, o "anulada", por el Estado en cualquier momento. Precisamente, es lo que el gobierno de Alan García, viene haciendo, a partir de su visión expresada públicamente en sus artículos de “El Síndrome del Perro del hortelano
El conflicto amazónico ha desnudado en el Perú, por un lado, la existencia de pueblos indígenas, hasta entonces invisibilizados y ocultos por el país oficial, y por otro lado, ha evidenciado también, las nuevas demandas de la economía mundial, que se expresa groso modo en los siguientes ejes:

·         Presiones sobre el cambio del patrón energético, que aceleran la exploración y explotación de todo espacio con potencial hidricarburiferos.
·         Las necesidades de tierras para los biocombustibles.
·         Las demandas de la bioprospección y el incremento de la biopiratería.
·         La inminente crisis mundial del agua dulce.
·         El cambio climático y las presiones sobre los sumideros de CO2.
·         La biodiversidad y su importancia en la biotecnología

Todos estos elementos hacen de la Amazonía un espacio de conflicto entre los grandes intereses económicos mundiales y los dueños ancestrales de los territorios amazónicos. Una muestra de lo señalado se refiere, que un periodo relativamente corto  2004 - 2007, la Amazonía ha sido concesionada del 15% (2004) al 75% (2007).

El año 2008 el poder Ejecutivo y el Congreso de la Republica, agredieron a los pueblos indígenas con un paquete de Decretos Legislativos (102), atentatorios de los derechos ancestrales de los PPII. Donde la misma Selva y los bosques se han puesto en peligro al alentarse desde el gobierno una sobreexplotación de los recursos naturales con un enfoque depredador. La explotación de petróleo y de otros minerales han sido priorizados. La movilización de los pueblos indígenas amazónicos de agosto 2008 y abril-junio 2009, obligaron al Gobierno y al Congreso de la Republica derogar los decretos 1015, 1078, 1964 y 1090, considerados los mas graves dentro de una concepción tendiente a rematar la Selva, como si no hubiera en ella una sociedad indígena y bosques establecidos desde tiempos inmemoriales, verdaderos dueños  de esos territorios.
¿Que demandan los PPII?, de acuerdo a los contenidos de su Plataforma de Lucha, junto a la derogatoria de 11 decretos legislativos, también, esta la exigencia de reforma constitucional, a fin de restablecer los principios de inalienabilidad, imprescriptibilidad e inembargabilidad de los territorios, indígenas, que fueron abolidos en la Constitución del 1993. El reconocimiento de la propiedad colectiva de sus tierras, la titulación de las comunidades nativas, reconocimientos de las reservas territoriales de los pueblos en aislamiento o en contacto inicial. En una palabra la defensa de la vida y el medio ambiente.
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Visto así las cosas, la Amazonia constituye un desafío para conciliar el crecimiento económico con la conservación de la biodiversidad biológica y cultural, en busca de la sostenibilidad para garantizar la generación y distribución equitativa de la riqueza, mejorar la calidad de vida y conservar el entorno humano. En este sentido la amazonia implica una altísima responsabilidad su manejo y conservación.

Modernización económica en el Perú, la Reforma Agraria y la Ley de Comunidades nativas y campesinas
  El Perú es uno de los países que llega más tarde a los procesos de “modernización” propuestos por la CEPAL y los organismos internacionales de “desarrollo”.
  Los intentos de “modernización” fueron resistidos por el “Estado oligárquico” y la sobrerrepresentación política del “gamonalismo” en el Estado: 1956, 1962, 1963.
  Fue necesaria una “revolución” militar para modernizar el campo en la costa y la sierra e intentar un proceso de “modernización” en la Amazonía.
  La política de esta modernización fue el proceso de titulación de Comunidades Nativas como eje de la organización de los pueblos indígenas amazónicos


Criminalización de la protesta como respuesta a las demandas sociales

Los PPII amazónicos y andinos son objeto de persecución mediante denuncias e incursiones policiales en sus territorios, con procesos judiciales que el régimen actual impone, cuyos mecanismos no son conocidos  por los pobladores indígenas. Este tipo de comportamiento, viene de muy atrás, para una muestra cercana, el Gobierno de Alberto Fujimori, modificó la constitución de 1979, aprobando un nuevo texto constitucional en 1993, en la que se despojaron las garantías jurídicas a los derechos indígenas territoriales. Y los gobiernos que le siguieron en el Poder Ejecutivo,  profundizaron a un mas esta política.
El Poder Ejecutivo actual, realizó entre los años 2006 y 2007 modificaciones al Código Penal, bajo el argumento de mantener la paz, la seguridad publica y el orden constitucional. Así tenemos que las protestas sociales en nuestro pais pasaron a ser castigadas como delitos. Las condenas fueron aumentadas para quienes cometen “disturbios” y se aumenta la pena para el delito de apología de cuatro a seis años de prisión efectiva.
De otro lado, el gobierno acusó a diversos organismos no gubernamentales (ONGs) de azuzar las protestas. Asimismo el Presidente Alan García, pretendió en enero del 2007, que el Congreso apruebe un proyecto de ley suyo, que proponía instaurar la pena de muerte para “terroristas y violadores” de niños; de haber sido aprobado dicho proyecto, muchos dirigentes sociales que se movilizan y son motejados de “terroristas”, quizás habrían pasado por la pena capital.
A este respecto, la emisión del Decreto Legislativo Nº 982 coronó las medidas  adoptadas para frenar y acallar las protestas sociales. Esta norma determina que ningún miembro de la Policía y las Fuerzas Armadas puede ser enjuiciado por cometer lesiones o muertes durante el cumplimiento de su deber. Además se reglamentó la militarización de los conflictos sociales, facultando a las FF.AA. intervenir en resguardo del orden interno, que de acuerdo a la Constitución, esta es una facultad exclusiva de la PNP.
Como resultado de estas normas, tenemos casi dos mil dirigentes enjuiciados, asilados, por manifestarse en defensa de la naturaleza, los territorios, los derechos de las comunidades y contra la invasión de sus territorios  por parte de empresas transnacionales que cuentan con el aval del gobierno.
Ofensiva sobre AIDESEP
En el marco de la política de criminalización de las protestas, el gobierno desarrolló una ofensiva contra AIDESEP, agrediéndola sistemáticamente, usando de manera abierta diversos organismos públicos y a varios niveles. A nivel del ejecutivo, una obsesión fue el descabezamiento de la organización indígena nacional, alentando el divisionismo, promoviendo el paralelismo, creando una “aidesep” fantasma con juramentación incluida; INDEPA fue aquí el operador publico. Otro fue la Agencia Peruana de la Cooperación Internacional (APCI), buscando aislarla y bloquear sus fondos de cooperación. Asimismo, el papel de los procuradores en el sin número de denuncias contra dirigentes nacionales, regionales y locales. Hasta, se pretendió la disolución de AIDESEP, en momentos que esta y los representantes del Gobierno venían participando en el proceso de dialogo en el Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos. Lo que constituyó una torpeza de proporciones por parte del ejecutivo.
Ciertamente a la base de esta ofensiva y hostilización contra AIDESEP, estaba el cálculo del ejecutivo, para que los PPII patearan el tablero e hicieran abandono del proceso de diálogo. La madurez de los PPII, les permitió no caer en las provocaciones gubernamentales. Luego de 7 meses de dialogo, las cuatro mesas de trabajo obtuvieron positivos resultados y acuerdos, los cuales están a la espera de su cumplimiento e implementación por parte de las autoridades públicas.
Resultados del Grupo Nacional de Coordinación Nacional para el desarrollo de los Pueblos Amazónicos:

A continuación presentamos un apretado resumen de los resultados de las cuatro mesas de trabajo del Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo Amazónico: a este respecto, debo resaltar que durante todo el proceso de dialogo entre el Estado y los PPII, AIDESEP y CONAP, participaron en él, no como cada institución en particular, sino como Bloque Indígena, presentando propuestas y asumiendo como tal la Agenda Indígena Amazónica.
Mesa Nº 1: Investigación de los hechos de Bagua del 05 de junio 2009
Se instaló con el propósito de investigar los lamentables hechos ocurridos el 05 de junio del 2009 en Bagua. Lograr la reconciliación y llegar a la verdad. Esta mesa constituyó una Comisión Investigadora, cuyo Informe Final no reflejó la verdad de los hechos ocurridos.
Por esta razón, dicha comisión no cumplió con su trabajo, además la publicación del “informe final”, por un sector de la Comisión, generó conflictos y descontentos en los Pueblos Indígenas. Por esta razón Jesús Manases, Presidente y la religiosa Mari Carmen Gómez, miembro de la Comisión Investigadora, presentaron un Informe Alternativo.
Los PPII están convencidos que si bien los hechos de Bagua representan una pagina lamentable de su historia, no es la razón ni el fin ultimo del dialogo. Este dialogo debe entenderse como la construcción de uh nuevo pacto social entre los PPII amazónicos y la sociedad nacional. Por lo mismo trasciende los lamentables hechos de Bagua, que nunca más deben repetirse.
Mesa Nº 2: Revisión de los Decretos Legislativos
Tenía como objetivo derogar los decretos legislativos lesivos para los PPII y presentar alternativas al Congreso de la Republica. Esta mesa solo pudo discutir una propuesta de Ley Forestal, no alcanzando tiempo para tratar con profundidad los demás decretos, por esta razón emitió un informe ratificándose en la derogatoria de los mismos.
Aun con las limitaciones existentes, esta mesa cumplió parcialmente su responsabilidad, dejando al Congreso de la Republica la tarea de derogar los decretos legislativos. Pues el gobierno, conociendo la existencia de este acuerdo, no deroga estos decretos, lo que ratifica su poca voluntad de cumplir los compromisos asumidos en el Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos.



Mesa Nº 3: Derecho a la Consulta
Esta mesa discutió una propuesta de Ley de Derecho a la Consulta, presentada por el Bloque Amazónico, teniendo como marco los principios consagrados por el Convenio 169 de la OIT. Dicho proyecto fue derivado al Congreso de la Republica; que en mayo del 2010 aprobó la Ley de Derecho a la Consulta Previa, el mismo que fuera observado por el Ejecutivo, desde entonces se encuentra bloqueado.
Los PPII consideramos que este avance significativo, es solo un paso en la serie de reformas que deben implementarse a favor de los mismos. Loa PPII apuestan por una implementación integral del Convenio 169 de la OIT, así como la constitucionalización de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas. Asimismo, la aprobación e implementación de políticas públicas culturalmente adecuadas en salud, educación, territorialidad, derechos consuetudinarios, entre otros temas prioritarios, de manera, que el tema no esta agotado, antes bien continua abierto.
Mesa Nº 4: Propuesta Nacional de Desarrollo Amazónico
Esta mesa trabajó el Plan de Desarrollo de los PPII Amazónicos, a partir del Plan de Acción para los Asuntos Prioritarios de la Comisión Especial Multisectorial de Comunidades Nativas, elaborado el 2001, que nunca fue implementado.
Aun cuando la mesa dedicó buen tiempo para discutir el tema y presentar el documento final denominado “Propuesta Nacional de Desarrollo Amazónico”, consideramos que dicho documento es sumamente importante, que contiene la agenda de desarrollo de los pueblos indígenas y de la propia amazonia. Lamentablemente, no esta teniendo la debida prioridad de los sectores públicos y privados. Sus contenidos y propuestas, están llamados a regir las políticas del Estado.
A manera de conclusiones
Si bien el proceso de diálogo nacional entre los PPII y el Estado ha concluido en su primera etapa, AIDESEP y CONAP insistirán en sus acciones para que las propuestas alcanzadas al ejecutivo y al legislativo, se pueda continuar trabajando de forma coordinada entre el Estado y las Organizaciones representativas de la Amazonía con la finalidad de poder garantizar la aplicación de las propuestas a través de políticas, normas, proyectos y recursos financieros que prioricen el desarrollo para los pueblos indígenas de la amazonia.
A este respecto, copio literalmente las conclusiones que presente como resultado de la Consultoría, que por encargo de AIDESEP, realice para la GTZ entre los meses de enero y agosto del 2010, para lo cual consideran importante y necesario insistir en:
·      Si de algo debe servirle a país los dramáticos sucesos del conflicto amazónico, es para institucionalizar el dialogo estableciendo una INSTANCIA PERMANENTE para la continuidad de dialogo entre los PPII y el Estado, con la finalidad de realizar el seguimiento y monitoreo de los resultados de las mesas de diálogo, con vistas a la definición de políticas públicas, mecanismos eficaces de participación indígena y la aprobación  de normas pertinentes.

·      El resultado más importante que reconocen los representantes de los pueblos y comunidades indígenas, es el que se refiere al hecho de haber logrado un importante reconocimiento público y privado, nacional e internacional, de su condición de actores de su propio destino y por esta misma razón, la legitimidad alcanzada por sus organizaciones y lideres representativos.
·      Dicho reconocimiento y legitimidad, adquiere una valoración de incalculable valor social, político y cultural, que fortalece la autoestima colectiva del movimiento indígena amazónico, por cuanto ha logrado romper con la invisibilidad, la exclusión, la discriminación y el racismo, del que han sido objetos. Obviamente, esto no quiere decir de ninguna manera que la discriminación y el racismo hayan desparecido de la sociedad, respecto de la relación de esta con los pueblos indígenas, sino que ahora, ya nadie podrá negar su existencia, ni mucho menos invisibilizarlos. Hoy por hoy, se han transformado en Sujeto  Pleno de Derechos.

·      Otro aspecto clave del proceso de dialogo, es la legitimación de las demandas de los PPII, contenida en la Agenda Indígena Amazónica aprobada el 2001, la misma que, sirvió de base para la discusión y aprobación de los acuerdos de la Mesa Nº 4, que abordo el tema Propuesta Nacional de Desarrollo Amazónico.

·      Asimismo, el reconocimiento por los diversos sectores de la sociedad nacional del Convenio 169 de la OIT, que reconoce a nivel internacional los Derechos Fundamentales de los Pueblos Indígenas, los cuales han sido validados jurídicamente por el Estado peruano. Lo mismo podemos decir, respecto de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.

·      En este terreno los PPII, asumieron la defensa de sus derechos como parte integrante del conjunto de sus Derechos Humanos, dentro de su propia cosmovisión que los asume como facultades que, a lo largo de la historia, han permitido que las personas podamos vivir en paz y sin interferencias. Los Derechos Humanos, les han servido entonces para defenderse de los abusos del poder, y para promover condiciones de vida digna de las personas en armonía con la naturaleza.

·      Del análisis especifico de los resultados de cuatro mesas de trabajo, podemos concluir, que, ni conspiración, ni manipulación e ignorancia, la lucha de los PPII, ha sido en legitima defensa de sus derechos fundamentales: al territorio, a la consulta, a la libre determinación (léase autonomía), derechos que el Estado peruano desconoce.

·      El conflicto de los PPII Amazónicos con el Estado, ha puesto al descubierto, que el Gobierno actual ha roto una relación ciudadana con la población indígena, al desconocer el protagonismos de los Awajun y Wampis en defensa de la frontera con el vecino país del norte; que al final del conflicto, confiaron que el Estado respetaría la intangibilidad de sus territorios; y al catalogarlos como ciudadanos de segunda y tercera categoría, quiebra esta relación ciudadana en construcción.

·      Por otro lado, los PPII consideran, que pese haber participado en el proceso de dialogo bajo presión y hostigamiento, de la fueron objeto, su pobladores, lideres  y sus organizaciones, por parte de diversos organismos públicos, que fueron utilizados como instrumentos de presión política y persecución. Concluyen, que ha sido positivo.

·      Identificación de posibles aliados institucionales públicos y privados, nacionales e internacionales que apoyen la causa de reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas.
·      Mantener y fortalecer los canales de comunicación de las organizaciones a nivel local, regional y nacional.

·      Fortalecer capacidades de las directivas y líderes de las organizaciones en los tres niveles de funcionamiento.

·      Consolidar los lazos establecidos por Bloque Amazónico, manteniendo las coordinaciones y búsqueda de soluciones para los problemas sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas amazónicos entre la AIDESEP y CONAP. 

·      Así como se están llevando a cabo estas reuniones, es necesario que estos temas y este debate se replique en las comunidades, ampliar la información, recoger de ellos mismos.

·      En cuanto a los procesos de consulta, resulta indispensable aprobar una ley de derecho a la consulta, que tenga carácter vinculante. Un avance al respecto es el proyecto de ley presentado por el Bloque Amazónico en la mesa de diálogo, el mismo que, cuenta con importantes consensos.

·      Dichos avancen se identifican en los resultados de las mesas, 2, 3 y 4, y de acuerdo a las opiniones de los grupos de trabajo, se requiere de diseñar mecanismos de monitoreo y vigilancia para el cumplimiento de los acuerdos.

·      Es necesario desarrollar acciones de incidencia política sobre las diversas entidades publicas en los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local, para gestionar soluciones sobre las necesidades prioritarias de los pueblos amazónicos, Así como,  canalizar recursos humanos y financieros orientados fortalecer el Buen Vivir indígena.

·      Dentro de esta perspectiva, es indispensable construir alianzas estratégicas interinstitucionales internas y externas que coadyuven al fortalecimiento organizativo del movimiento indígena en la defensa de sus derechos colectivos, para ser incluidos en un plan de desarrollo integral, ser vigilantes de las propuestas alcanzadas y su implementación jurídica y práctica.

·      En este  contexto, el proceso de Consulta llevado a cabo, nos plantea el desafío de continuidad de este tipo de actividades de socialización, información y de recojo de propuestas desde las comunidades nativas y organizaciones intermedias. Por tanto, consideramos, que, deberíamos alcanzar un proyecto compartido de Desarrollo Institucional y fortalecimiento organizativo de AIDESEP y CONAP, que comprenda a sus organizaciones regionales y locales.

·      Asimismo, tal como lo hemos señalado en el capitulo referido al proceso post mesa de diálogo, la Agenda de temas y problemas de los PPII siguen pendientes de atención, como también los referidos a los resultados del proceso de dialogo, requieren de monitoreo y seguimiento.
·      Las organizaciones que representan a los pueblos indígenas como CONAP y AIDESEP, tienen que mantener el dialogo entre sí, para que puedan hacer un seguimiento de las amenazas que atentan contra la amazonia y sus habitantes como también alcanzar propuestas de desarrollo coherentes a sus necesidades.

Finalmente, respecto de la problemática forestal considero pertinente lo siguiente:
·      Si bien es esencial contar con una legislación forestal y de fauna silvestre, que se sustente en un enfoque holístico de la amazonia, resulta fundamental reconocer la diversidad de actores que intervienen en esta región; ello requiere reconocer los dirigentes intereses muchas veces contrapuestos y hasta cierto punto polarizados.

·      Considero pertinente, establecer un menú de normas forestales a diferentes niveles, por ejemplo, las comunidades nativas deberían contar con un REGIMEN FORESTAL ESPECIAL, este podría ser una alternativa real dentro de la perspectiva de ir construyendo una visión ampliada de la problemática forestal.

·      En lo que se refiere al Sistema Nacional de Aéreas Protegidas, existe junto a la Ley Orgánica de ANP, el Régimen Especial de Reservas Comunales, que gobiernan esta ANPs, por parta de las CCNN y el Estado. Este idea podría ayudar a desenredar el actual nudo gordiano que polariza a los diferentes actores amazónicos.

Quiero concluir con lo siguiente, los pueblos indígenas necesitan sentar posición frente a procesos en curso como son las concesiones, los proyectos de hidrocarburos, carreteras, gas y los recursos que generan, que permitan definir proyectos para su inversión.






[1] Etnia es todo grupo humano con cultura y lengua propia. Grupo humano que posee una estructura familiar, económica y social homogénea, y cuya unidad se basa en una comunidad de lengua y cultura
[2] Directorio de Comunidades Campesinas del Perú. PETT. Ministerio de Agricultura (Información a octubre de 2001).
[3] Las poblaciones indígenas amazónicas no sólo se agrupan bajo la forma legal de comunidades nativas, sino que teniendo en cuenta su organización territorial y socio cultural frente a la sociedad nacional, minoritariamente también pueden ser reconocidas y analizadas con la tipología siguiente: pueblos indígenas aislados; poblaciones indígenas remotas y dispersas; poblaciones indígenas rurales dislocadas y fragmentadas; poblaciones ribereñas; e indígenas urbanos /OIT: Moore).
[4] La autodenominación “Nanti” ha pasado a reemplazar a la denominación “Kugapakori”, por el carácter peyorativo e impuesto de éste último que es traducido como “asesino” y por esa razón, rechazado por el pueblo al que hace alusión: los Nanti
[5] El “Convenio Nº 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes” (1989) fue ratificado por el Perú mediante Resolución Legislativa Nº 26253 del 26 de diciembre de 1993
[6]    Crisis de Horizonte de Sentido,
11 ibidem

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