“El Derecho a la Ciudad y territorio de los habitantes urbano populares
frente a la urbanización del capital”
* Soc. Roger Antonio Muro Guardián
La ciudad es el hecho cultural fundamental de la humanidad. Es efectivamente el centro de la vida y la organización comunitaria. En el Movimiento Iniciativas Urbanas, entendemos que la discusión sobre el problema de la ciudad del siglo XXI, la ciudad alternativa, la que aspiramos, tiene que discutirse desde la visión cultural; que no es lo que tradicionalmente se entiende por cultura, que son una serie de eventos artísticos, dancísticos, musicales; no, la cultura como fenómeno social. Sin cultura revolucionaria no hay revolución.
LAS CIUDADES EN EL PERU Y EL MUNDO
I. PROCESO DE URBANIZACIÓN MUNDIAL:
A comienzos del siglo XX, los habitantes de las ciudades representaban el 20% del total de la población mundial y el 80% era población rural
En la actualidad la población urbana está distribuida así:
-Europa 75%
-A. Latina 74%
-N. América 77%
Hacia el año 2025 la población en Asia y África será:
-Asia 50%
-África 50%
Globalmente se puede decir
-1 de cada 2 personas habita en ciudades
-En el año 2010 lo harán 3 de cada 4
-En el año 2025: 5 mil millones de Habitantes vivirán en ciudades
En 1950, solo 2 ciudades en el mundo tenían 8 millones de habitantes (Nueva York y Londres)
-En 1970 fuero 11 ciudades
-En 1995, 25 ciudades, 11 de las cuales eran del Tercer mundo
-Hacia el 2015, 36 ciudades tendrán este rango de habitantes, la mayoría de la cual será una población pobre (Lima entre ellas)
II. LAS CIUDADES EN EL PERU
El Perú no es ajeno al fenómeno de la urbanización mundial, el, proceso de migración habido, ha tenido como característica principal, el asentamiento en las zonas periféricas de Lima Metropolitana, en este contexto los Conos son una expresión de esta realidad – 194/1970
- En 1940 la población peruana era de 6, 207,967 Hab. (mayoría rural)
- En 1981: 8,887,059 era población urbana
1, 909,284 era población rural
- En términos relativos:
82% se incrementó la población en las zonas urbanas
18% se incrementó en las zonas rurales
-Entre 1981 y el 2005, está tendencia representa:
84.4% población urbana
15.5% población rural
-La evolución de la población urbana, que en 1940, representaba el 35% del total de población nacional, pasó al: 47% en 1961
60% en 1972
65% en 1981
70% en 1993
84.4% en 2002
- En este contexto la población rural disminuyó del
65% en 1940 al
16% en 2002
III. Las otras ciudades
-En 192, 8 ciudades además de Lima, superaron los 100,000 habitantes: Piura, Chiclayo, Chimbote, Huancayo, Cuzco, Iquitos
-Entre 1972 –1981: eran 10 ciudades con más de 100,000 habitantes
-Hoy 2002: son 25 ciudades que superan esta cifra, que agrupadas entre si, contienen una población de 14 millones de personas, que representan al 50% de la población total del país y al 84% de la población urbana.
Lo urbano se ha convertido en el modo de vida fundamental de la población en el Perú, de ahí su enorme impacto, en materia de vivienda, servicios, empleo y condiciones ambiéntales justas.
IV. SITUACIÓN DE LA VIVIENDA Y LOS SERVICIOS EN EL PERU
Presentamos a continuación una síntesis de los aspectos más importantes del diagnóstico de vivienda en el Perú
1. Principales procesos
- La población estimada al 2002, es de 28 millones de Habitantes
- La tasa de crecimiento de población nacional es de 1.5%
- La natalidad en el sector rural es bajo, pero expulsa población hacia las ciudades
- La población urbana nacional es del 84%
- La población rural es del 15.5%
- Lima tiene 7.5 millones de habitantes
- Las principales características del proceso de urbanización son:
· Ritmo acelerado de urbanización
· Concentración de la población en pocas ciudades, principalmente en Lima
· Dispersión de la población en áreas rurales
· Enormes desigualdades en las satisfacción de necesidades básicas (pobreza)
· Segregación social de la población de menores recursos en las ciudades
· El 80% del total de viviendas en el Perú, han sido autoconstruidas
- El problema básico es el acceso al suelo, la población pobre no tiene acceso al mercado formal de tierras
- El proceso más generalizado de ocupación del suelo, se inicia con la invasión
- Esta modalidad se ha dado ente la falta de planificación del desarrollo de las ciudades, pero también por la ausencia de políticas sociales de vivienda, cuyas consecuencias son:
· Ciudades extensas y de baja densidad
· Altos costos de servicios básicos y de transporte
· Graves problemas ambientales
· Precariedad y pobreza
· Malestar social, violencia urbana y frustración
2. Déficits de Vivienda y Servicios
Urbano:
· Déficit cuantitativo al 2001, se estima en 370,000 viviendas faltantes
· Déficit cualitativo al 2001: 416,000 (precarias)
· No de vivienda sin servicios de agua: 800,000
· No de vivienda sin desagüe: 1,200,000
Rural:
· El déficit cuantitativo es poco significativo se estima en 25,000 viviendas faltantes
· El aspecto básico es el problema sanitario, falta de servicios
· 350,000 viviendas tienen serios problemas de calidad
EL DESARROLLO LOCAL Y LA GESTION INTEGRADA DEL TERRITORIO
El ser humano ha buscado siempre la localización más adecuada para garantizar el alimento, el abrigo y la protección. Con el paso del tiempo, esta articulación entre necesidad humana y espacio vital ha abierto el camino para la identificación del hombre con su ambiente, haciendo del territorio una realidad histórica y cultural concreta, aún antes de adquirir una determinada forma política o administrativa.
Ello no obstante, en un determinado momento de la historia los territorios devinieron plazas fuertes en la lucha por la hegemonía regional y nacional, sea por motivos económicos o políticos, o espacios útiles para el desarrollo de la productividad empresarial. Primero los intereses del estado reemplazaron a los intereses del ciudadano y luego los intereses del capital reemplazaron a los del estado.
En las sociedades actuales los estados asignan a los territorios una función que se circunscribe a garantizar un marco adecuado para el desarrollo de la inversión privada, prestar servicios sectoriales a la comunidad y paliar los efectos del modelo económico, derivados sobretodo de la exclusión social. La globalización hoy día en curso agudiza la desarticulación entre espacio y sociedad que está en la base de este esquema. Como consecuencia, el territorio, lugar privilegiado de construcción de la coherencia de la sociedad y de la organización de los intercambios entre la sociedad y su ecosistema, pierde su función integradora.
Este modelo experimenta una crisis profunda debido a que no permite satisfacer las necesidades fundamentales del ser humano, asegurar la inserción social, ni mantener el equilibrio entre las sociedades humanas y la biosfera. Ante ello la comunidad internacional ha ensayado diversas respuestas orientadas a hacer viable la vida en nuestro planeta. También ha ido modificando la forma de concebir el desarrollo.
De capacidad para generar y sostener un aumento anual del producto bruto interno a tasas de cinco o siete por ciento o más y modificación planificada de la estructura de la producción y del empleo, el desarrollo es concebido hoy por lo general como la reducción de la pobreza, la desigualdad y el desempleo en el contexto de una economía creciente. Se trata de un proceso multidimensional que implica cambios de las estructuras, las actitudes y de las instituciones
Sobre ésta y otras bases se han diseñado normas cada vez más exigentes de control ambiental, se han emitido innumerables recomendaciones de política y llevado a cabo numerosas campañas de sensibilización, que hacen que hoy día la comunidad internacional tenga una mayor conciencia de los desafíos que afronta el desarrollo en la hora actual.
A pesar de ello, el deterioro de las condiciones de vida y del medio ambiente no ha variado en forma sustantiva en estos años. Continúa pendiente el reto de afrontar con éxito cuatro de los principales impases que están en la base de la problemática del desarrollo:
El vertiginoso crecimiento de la población, de la urbanización y del centralismo, tanto desde el punto de vista económico y geográfico como de la toma de decisiones, que asfixian sobretodo a las regiones menos desarrolladas del planeta.
La exclusión social como consecuencia del sistema capitalista y su modelo neoliberal actual, que tiene cada vez menos capacidad para satisfacer las necesidades materiales y espirituales del ser humano.
La vorágine consumista en la que nos ha sumido la economía de mercado y que crea la ilusión de que el desarrollo de los países del tercer mundo podrá seguir el mismo patrón que el de los países industrializados, y la producción poco sustentable desde el punto de vista de los recursos y del ambiente, que llevan a cabo numerosas empresas que no se han reconvertido para hacer frente a los retos del presente.
En nuestro caso a ello debemos sumar el hecho de que la mayoría de países de la región destina una parte significativa de sus recursos al pago de la deuda externa, en circunstancias que percibe cada vez menores ingresos por la venta de sus productos al exterior y que tiene que hacer frente al proteccionismo comercial de los grandes bloques que han formado los países industrializados.
De allí que tengamos que vivir en condiciones precarias en territorios de exclusión, con enclaves internos, sin grandes posibilidades de acumulación interna, flexibilizando las condiciones para la inversión extranjera y liberalizando cada vez más el mercado de trabajo.
EL DESARROLLO LOCAL
Una de las respuestas a la crisis anotada ha sido la revalorización de los espacios locales como gérmenes de un desarrollo posible. José Luis Coraggio ([199]) sostiene que la ideología del “small is beautiful” no es una mera importación de filosofía gandhiana. Aunque es necesario reconocer la gran influencia que han tenido para este enfoque los postulados de la “Savoyada” o Programa Constructivo levantado por Gandhi, que llegaron a Inglaterra y que de allí se diseminaron a otras partes del mundo.
A fines de la década de los 70 las políticas de desarrollo local de los países industrializados se orientaron a movilizar el capital humano producido por la crisis económica. José Arocena ([200] ) sostiene que desde ese entonces en esos países ha habido una considerable multiplicación de acciones locales tales como experimentación de nuevas fuentes de energía, renovación de actividades tradicionales, nuevos procedimientos de explotación de materias primas, introducción de nuevas tecnologías, revitalización de las pequeñas empresas.
En este contexto surgieron planteos como el famoso “small is beautiful”, que Schumacher ([201]) revaloriza la pequeña dimensión como respuesta más adaptada a la aceleración del cambio tecnológico. Pero el planteamiento de Schumacher va más allá.
* En este caso estas iniciativas locales - las iniciativas locales desarrolladas en Europa en los 70 - se inscribieron en una tradición fuertemente arraigada en sistemas, normas y valores que le otorgan plena validez – dice Arocena. Y concluye: –“. En América Latina, por el contrario, la noción de desarrollo local, importada de tales experiencias, se habría de situar en un contexto de dependencia tecnológica, desocupación masiva, desarrollo del sector informal, segregación social , y de la reforma estructural del estado promovida por las instituciones multilaterales. La promoción de políticas locales es hoy una inclinación clara de estos organismos. El objetivo es doble: Por un lado focalizar la ayuda social y los programas antipobreza, y por el otro, promover el ahorro del tesoro público alentando la privatización de los servicios locales o su municipalización.
* Pero existen también factores endógenos que explican esta mirada latinoamericana a lo local. Así por ejemplo, el hecho de que decisiones básicas para la vida -como dice Dörte Wollrad ([202]), tiendan a perderse cada vez más en la intrincada maraña de la globalización, lleva a que la búsqueda de identidad y de participación de los ciudadanos se concentre cada vez más en el ámbito de lo local. Ello es más importante aún cuando la crisis urbana y regional y la disminución del rol estatal obligan a la comunidad local a tomar iniciativas cada vez más amplias para enfrentar sus propios problemas.
De todas formas, y más allá de influencias externas e internas, lo cierto es que la complejidad social que ha alcanzado la vida moderna hace cada vez menos viable la conducción centralizada de un país o de una región. Por eso, los territorios, entendidos básicamente como un sistema de relaciones entre los seres humanos, entre las organizaciones, entre la sociedad y su entorno, adquieren un papel cada vez más importante en el mundo de hoy.
Y es que es en la escala de los territorios donde que se puede reinventar una gestión integrada de la sociedad y de sus relaciones con la biosfera y desarrollar un ejercicio pleno de la ciudadanía. Es allí donde podemos conocer mejor las patologías de nuestro actual modelo de desarrollo, cuestionar nuestras categorías de pensamiento, cambiar nuestra manera de mirar el mundo. Es también desde el nivel local que podemos interrogarnos mejor acerca de las necesidades que se pretenden satisfacer con el desarrollo, constatar qué bienes materiales escasos no permiten satisfacer las necesidades esenciales del ser humano y cuáles son las mejores propuestas que se pueden diseñar a escala humana en la perspectiva de reconciliar economía y sociedad.
El territorio está siendo redescubierto como potencial importante de oportunidades desaprovechadas cuando se enfoca el desarrollo exclusivamente de manera sectorial. Así por ejemplo, los especialistas sostienen que es erróneo seguir pensando los espacios rurales y locales desde la tradicional visión sectorial que limita las posibilidades agropecuarias en cuanto a variables tales como empleo, ingresos, calidad de vida, potenciación de recursos de la zona, ideas de nuevas posibilidades de inversión, etc.
Por otra parte, en los últimos tiempos el espacio local ha adquirido un papel muy importante en la lucha contra la exclusión. Pierre Calame sostiene ([203]) que tres son los pilares de una política contra la exclusión:
1) Responder a su dimensión multidimensional;
2) Llevar a cabo una acción coordinada con los diferentes actores de la sociedad y con los mismos excluidos;
3) Asegurar, más allá de la defensa de los derechos reconocidos por la ley, el acceso efectivo a estos derechos.
En los tres casos, dice Calame, la construcción concreta de estos pilares constituye un verdadero desafío que no puede afrontarse sino en el nivel de lo local.
Así mismo, el nivel local es esencial en la lucha contra la exclusión porque remite a la necesidad de analizar el sistema de relaciones existente. Relaciones que tienen que ver con el mercado de trabajo, pero también relaciones con los otros. En ese sentido, el reconocimiento que se da principalmente a nivel local a una persona por tener un empleo, el sentido de comunidad, de solidaridad, son aspectos fundamentales de la dignidad, de la estima del propio individuo.
Es por último en el nivel local donde pueden construirse las propuestas y las alianzas orientadas a superar la situación de exclusión que experimenta la mayoría de la población tercermundista.
El desarrollo local es concebido como la puesta en marcha en un territorio de políticas, programas y proyectos orientados a mejorar las condiciones de vida de la población, o más precisamente, el proceso mediante el cuál la comunidad participa en las acciones referidas a la elevación de sus condiciones de vida.
Los diferentes puntos de vista en torno al desarrollo local sostienen que este rol protagónico de los territorios en la perspectiva del desarrollo local se basa al menos en 6 características específicas a tener en cuenta:
1.- Se desarrolla sobre la base de una sociedad local fuerte que posea:
· Una visión de futuro concertada y/o común.
· Una identidad, una actitud de progreso y un empoderamiento de la comunidad local.
· La existencia de determinadas características de gestión: Voluntad política, concertación de actores, organización de la población, reconocimiento y potenciación de recursos humanos y materiales.
2.- Se apoya en el gobierno local.
Es necesario tener en cuenta como afirma el Banco Interamericano ([204]), que como ocurrió Europa en décadas pasadas, una de las características más importantes de América Latina en los últimos años ha sido la descentralización de sus decisiones y de las políticas fiscales que se llevan a cabo en la región. “En 1980 –dice Eduardo Rojas- se elegía a los alcaldes por votación directa en solo tres países de la región. En 1997, estas elecciones directas se realizaron en 17 de los 26 países miembros prestatarios del banco; en seis países más, los alcaldes fueron designados por consejos municipales electos”. Agrega Rojas que se observa además en los países de la región un progreso significativo en la descentralización del gasto público que hoy corresponde a un 15 % del gasto total.
Ello no obstante, la relación que existe entre el poder constituido y la organización comunitaria, que debiera ser de colaboración es todavía muchas veces de conflicto y de oposición. Modificar esta realidad supone un reconocimiento mutuo de la existencia del otro y un respeto a la naturaleza y a las prerrogativas de cada cuál.
El divorcio entre autoridad electa y sociedad civil es un freno para la planificación concertada y para la gestión integrada del territorio porque no permite entender las complejas relaciones bioecológicas, socioculturales y técnicas que existen en el territorio, ensayar formas de gestión replicables a mayor escala, optimizar recursos y hacer frente colectivamente a los retos que plantea la globalización económica.
3.- Se basa en el principio de “subsidiariedad activa”.
Los modelos de desarrollo vigentes se basan en una relación vertical entre estado y sociedad que no solo no toma en cuenta ni valora la participación y los aportes de la sociedad civil, sino que además, actúa muchas veces de espaldas, y en ciertos momentos contra ésta. En contraposición a este modelo vigente ha sido plantado otro de abajo hacia arriba, que apunta a la concertación horizontal entre actores, teniendo al gobierno local como el momento principal de esta articulación de voluntades. La subsidiariedad activa postula que no es necesario ni conveniente realizar en un nivel superior acciones que se pueden hacer bien en los niveles inferiores.
Los aspectos anotados ponen énfasis en el gobierno democrático, en la organización comunitaria, en la planificación del desarrollo, en la concertación de agentes, en la gestión integrada del territorio y en la construcción de alianzas con otros territorios. Los problemas que debe resolver esta perspectiva de análisis son varios. Por ejemplo, no basta que el gobierno haya sido electo para que sea considerado como democrático. Para ello necesita además, cumplir con ciertas reglas de juego universalmente aceptadas y permitir la participación ciudadana en las decisiones y en la gestión del territorio. En el caso de las municipalidades ello supone una metamorfosis del gobierno local, concebido en América Latina más como un nivel inferior en la escala de la administración pública que como una expresión de la representación ciudadana.
4.- Parece factible en determinadas condiciones económicas.
José Arocena en el texto “El desarrollo local ante lo global”, ([205]) plantea que existen diversas visiones que intentan explicar las posibilidades de desarrollo local en el contexto de la globalización. Ninguna de ellas pasa por alto el hecho de que la globalización sería una oportunidad solo para territorios de niveles medios de desarrollo dotados de capacidades estratégicas relevantes, entre otras,
· El capital social disponible
· El capital humano y la utilización adecuada de la mano de obra local.
· La optimización en el uso de los recursos
· El acceso a los avances técnicos y científicos.
· La retención de excedentes económicos en la localidad y la equidad en su distribución.
· La identificación e incentivo al desarrollo de las potencialidades locales haciendo uso del acervo histórico y cultural de la comunidad.
· La existencia de eslabonamientos económicos favorables al desarrollo de la localidad.
5.- El desarrollo local necesita determinadas características de infraestructura y de manejo ambiental que permitan:
· La integración física del territorio que posibilite mayores niveles de competitividad económica de la localidad.
· La sostenibilidad de las acciones en el tiempo.
· El cuidado del capital ambiental.
6.- Tiene sentido solo en el marco de una visión global del desarrollo regional.
Si bien es fundamental reforzar el intercambio al interior de los territorios locales, el pensamiento y la acción encaminadas al cambio no pueden limitarse a la escala local. Es indispensable pensar en formas convenientes de articulación entre territorios diferentes y en la promoción de alianzas capaces de transformar lo local en global. Pero es preciso también conservar una imagen nacional del territorio porque ella permite diseñar políticas sustentables de distribución espacial. Ello implica:
· Una visión global del desarrollo regional.
· Una organización territorial favorable al desarrollo.
· El establecimiento de vínculos y alianzas entre territorios y entre sus poblaciones basadas en el rescate de las tradiciones comunitarias de ocupación del territorio.
No es fácil precisar el ámbito de lo local y por lo tanto, definir los límites del territorio al interior de los cuáles se lleva a cabo un proceso de desarrollo local. Cada disciplina aplica criterios diferentes, propios a su especialidad, para definir estos ámbitos. Mencionamos por ejemplo:
· El enfoque político administrativo que divide el territorio en regiones, departamentos, provincias y distritos;
· El enfoque geopolítico, que prioriza las denominadas “zonas de influencia” que se orientan a ampliar progresivamente las fronteras del espacio local;
· El enfoque ecológico, que sitúa a lo local en términos de ecosistema como unidad de gestión y de planificación (en nuestro caso ello podría equivaler al concepto de cuenca);
· El enfoque económico, que define a lo local por la existencia de un mercado integrado por un sistema vial adecuado.
· El enfoque urbanístico, que concibe lo local a partir de características de configuración espacial e indicadores de densidad y de población.
· El enfoque sociológico para el cuál lo local está definido por la vida comunitaria, por los lazos familiares, por intereses comunes, por la identidad de grupo, por las densidades sociales existentes.
· El enfoque antropológico que llama a tener en cuenta las tradiciones y el acervo cultural en materia de delimitación de ámbitos territoriales.
Todas estas maneras de enfrentar la delimitación del ámbito local sugieren que la división política administrativa que rige a los territorios es uno de los instrumentos posibles a utilizar pero no el único y a veces no el principal. Es el caso por ejemplo de la provincia de Yauli – La Oroya , en el centro del país, que tiene dificultades para integrar en su lógica de desarrollo a un distrito muy importante como es Marcapomacocha, cuya dinámica de vida lo acerca más a Lima que a su propia provincia.
Frente a las limitaciones que presenta la división político administrativa convencional y a las diversas posibilidades de definir el ámbito dentro del cuál se localiza un territorio, una posible alternativa es dejarnos guiar por la característica principal que prima en cada localidad. Así, en unos casos la frontera de un territorio puede estar enfatizada por el componente urbanístico, accidentes geográficos muy marcados, por ejemplo; en otros, la frontera física puede ser difícil de distinguir pero no así los lazos que unen a la comunidad, la cohesión social de la localidad.
Por lo general las corrientes que analizan los problemas referidos al desarrollo local se refieren a sociedades capitalistas avanzadas, en las que las empresas convencionales juegan un papel muy importante y en los que la inversión privada juega un efectivo papel dinamizador de la economía, y generando condiciones para el desarrollo ([206] ). Pero revelan limitaciones cuando se estudian territorios en los que la presencia de empresas de cierta envergadura es poco numerosa, o donde si existen lo hacen en forma de enclaves, condicionando toda actividad local sin otorgar a la comunidad ningún beneficio a cambio.
En muchos territorios de países como el nuestro no existen industrias de envergadura o la característica empresarial adquiere la forma de enclave. ¿Es entonces el desarrollo local viable solo en ciudades industriales más o menos importantes o en localidades en las que la empresa global opta por invertir porque encuentra ventajas específicas que se refieren a bajos costos de la mano de obra, existencia de materias primas o flexibilidad de la legislación laboral o ambiental? ¿O debemos poner en cuestión la definición de desarrollo local tal como está planteada actualmente?
RECUPERACION DEL PATRIMONIO ORIGINARIO CULTURAL
La descentralización ha sido planteada por diversos autores como una reforma democrática que tiene como objetivo fundamental crear condiciones para un desarrollo territorial homogéneo en beneficio de la población, de las localidades, regiones, y del país en general. Con ese propósito busca potenciar los recursos y capacidades regionales y locales y distribuir de manera racional y adecuada la riqueza nacional.
Lo local constituye una pieza angular de tal proceso porque es en este ámbito espacial concreto donde cobran vida tres factores esenciales para el desarrollo: EL capital humano, el acervo cultural y la riqueza natural. La forma como la sociedad local movilice estos recursos y se articule con otras comunidades de la región y del país, determinará las posibilidades de creación de polos que hagan viable el desarrollo.
Las alianzas estratégicas entre sectores sociales y entre territorios, orientadas a crear condiciones y a diseñar instrumentos concretos de movilización de este capital social. En el Perú estas alianzas pueden tomar como base la tradición de manejo integrado de cuencas a través del control vertical de pisos ecológicos, propio de la cultura andina. Ello permitiría rescatar lo que Camino define como ocupación territorial discontinua, tipo archipiélago, basada en la presencia de miembros de una familia extensa en diversos ámbitos espaciales.
Con relación a ello son muy interesantes los estudios de Jurgen Golte y N. Adams ([207]) y de Teófilo Altamirano ([208]), que examinan la relación existente entre el lugar de origen y de destino de los migrantes y las estrategias que desarrollan para su inserción en el mundo urbano.
En el interior del país los ejes articuladores de este tejido socio espacial vendrían a ser las llamadas ciudades intermedias, de 50 mil o más habitantes, que son muchas de ellas capitales de departamento.
En Lima los ejes de articulación de dos espacios discontinuos - Metrópoli y pueblo de origen - son los conos de ingreso a la capital.
Al interior de la capital, de un cono o de un distrito cabe la posibilidad de que se reproduzca esta lógica de localización planteada y que se plantee la existencia de relaciones cruzadas entre localidades al interior de la ciudad.
Este esquema de análisis podría ayudarnos a definir en nuestros propios términos:
Lo que debemos entender por “local”. Parafraseando a Camino y retomando la experiencia andina, podríamos establecer como hipótesis de trabajo la existencia de espacios locales “compactos”, espacios locales “extendidos”, y espacios locales de tipo “archipiélago.
La definición de desarrollo local, que se fundaría no tanto en la dinamización de los mercados sobre la base del desarrollo de la empresa, sino en los principios de la complementariedad y de la cooperación entre territorios.
Es de hacer notar que este enfoque del desarrollo local no entra necesariamente en contradicción con las exigencias de competitividad que impone el mundo globalizado. Constituye, más bien un requisito para lograr esta competitividad.
Las estrategias a implementar: Se entiende que a configuraciones espaciales diferentes debieran corresponder estrategias de desarrollo diferentes.
Las posibilidades de desarrollo de localidades periféricas o marginales de las grandes ciudades, que de espacios de exclusión ellas se transformen en territorios integrados a su entorno microregional.
Lo dicho permite replantear las condiciones expuestas en el punto 5 del acápite “Algunas bases para el desarrollo local”, de la siguiente manera:
En nuestro caso concreto las capacidades estratégicas relevantes de un territorio se podrían ver reforzadas por la existencia de relaciones de solidaridad y de complementariedad espacial, fundadas en lazos familiares, entendidos éstos de manera amplia.
Esta ventaja estratégica, que podemos considerar como “operacional” en materia de desarrollo local, no es privativa del Perú. Constituye una de las formas en las que se manifiesta la comunidad, de la que existen múltiples experiencias a través del mundo. Son éstas, relaciones que permiten imaginar formas societales distintas y maneras también diferentes de concebir la relación entre hombre y naturaleza.
“Lok nitti es el término sánscrito introducido por Mahatma Gandhi para denominar al gobierno del pueblo y a los poderes ejercidos por el pueblo. Esta noción –nos dice Daly H.E. ( [209] ) – se opone al raj niti, que designa las reglas que rigen el poder estatista de un gobierno centralista. El lok niti forma parte de los fundamentos políticos del Programa Constructivo Socioeconómico de Gandhi, conocido en India con el nombre de “Savoyada” – concluye el autor citado –“.
Algunos principios que formaban la base de este programa eran los siguientes:
La comunidad de la pequeña ciudad es la unidad de base geográfica y demográfica que promueve la democracia participativa por la vía de los gramn sabha, especies de consejos populares compuestos por adultos. Estas unidades se organizan en Federación a un nivel geográfico y demográfico más extendido. Los diputados, electos a un nivel inferior, representan a cada una de estas unidades.
Las actividades económicas, políticas y sociales son emprendidas por organizaciones populares, que funcionan a un nivel conveniente y con un tamaño coherente; lo que permite el máximo de control de operación y de una mejor distribución de los beneficios entre los implicados.
El movimiento “savoyada”, de Sri Lanka, fundado sobre los principios de Gandhi, ofrece una aproximación holística en la manera de considerar los aspectos religiosos, políticos, morales, económicos y educativos en la construcción de la comunidad. La pregunta que se plantea es cómo la ciudad puede satisfacer sus necesidades de manera más eficaz. Estas decisiones son tomadas por los ciudadanos mismos, que son los implicados en las actividades orientadas a incrementar la productividad. Entre otras, estas actividades son: Instalar una bomba de agua para aumentar las reservas, acrecentar la producción alimentaria por medio de métodos más eficaces de tratamiento de los suelos. De esta manera, las actividades son emprendidas al interior del marco de la comunidad, lo que pone en primer plano su carácter comunitario y sus capacidades de producción.
Ello no obstante, antes que idealizar las ciudades pequeñas y medianas de Asia del Sur, es necesario reconocer que ellas son, por propia naturaleza, como reales unidades a nivel político, económico y social, que contienen en sí mismas fortalezas y debilidades. Esta aproximación fundada en la comunidad no es un sistema exento de errores y en el cuál no se toleran los errores. SI se comenten errores, ello sucede a pequeña escala y no tendrán un impacto desfavorable sobre comunidades y/o individuos en número significativo. Pero si no hay errores este acercamiento basado en la comunidad facilitará el desarrollo de un auténtico progreso económico a pequeña escala.
Sixto Roxas ([210]) señala con razón, refiriéndose a su propia experiencia en Filipinas, que el programa comunitario no implica un simple retorno a la agricultura tradicional sino que reivindica la utilización de tecnología de punta en una óptica comunitaria. “Este nuevo paradigma –dice- descansa sobre el modelo creado a partir de la naturaleza: Comunitario, métodos de producción intensivo, diversificado y concebido en función del punto de vista del beneficiario último, la vida humana y su comunidad nacional.
La comunidad –continúa Sixto Roxas- al interior de un hábitat concreto (considerado como un ecosistema) se plantea la existencia de una unidad de organización, de gestión, de planificación y de contabilidad, tan importante y operacional como puede ser una empresa. Pero para alcanzar este nivel las organizaciones comunitarias deberían alcanzar el mismo nivel de control, de excelencia técnica, disciplina de gestión y de eficacia operacional que una empresa”.
NOTAS:
1. Ciudades sin Rumbo, Ciudad, Quito 1991, pp. 61 y sgts.
2. El Desarrollo Local frente a la globalización, en: Desarrollo Local, materiales Esan, Carlos Barrenechea y . Julio Díaz Palacios compiladores, Lima 1999, 442 pp.
3. E. Schumacher: “Small is beautiful, París, ed du Seuil, 1978
4. Introducción a: “La Ciudad : Escenario de la Comunicación ”, Fernando Carrión y Dörte Wollrad.
5.Golte y Adams: “Los Caballos de Troya de los Invasores”, IEP, Lima 1988
6.Presencia Andina en Lima Metropolitana, PUCP, Lima 1984
7. Daly. H.E., Cobb Jr, JB de Forsenka:” Una red de Ong’s orientada al alivio de la pobreza”, Angok Monograph, series No. 10, 6. 6-8, Sri Lanka, en Cahiers FPH 107
8. Ficha de experiencias/ Filipinas 1998 – Répenser les Territoires 107, FPH.
* Secretario General del
Movimiento Iniciativas Urbanas
Responsable de la Comisión de Movilización de EA III
[199] Ciudades sin Rumbo, Ciudad, Quito 1991, pp. 61 y sgts.
[200] El Desarrollo Local frente a la globalización, en: Desarrollo Local, materiales Esan, Carlos Barrenechea y Julio Díaz Palacios compiladores, Lima 1999, 442 pp.
[201] E. Schumacher: “Small is beautiful, París, ed du Seuil, 1978.
[204] .Ver: “Promover el Desarrollo Local con incentivos adecuados”, de Eduardo Rojas, Revista Desarrollo Social, BID, NY, Noviembre de 1999.
[205].- En: “Desarrollo Local”, Esan / Usaid, 1999. Pp. 68 y siguientes.
[206] Debe entenderse acá empresa en su acepción amplia, no solo fabril
[207] Golte y Adams: “Los Caballos de Troya de los Invasores”, IEP, Lima 1988
[208] Presencia Andina en Lima Metropolitana, PUCP, Lima 1984
[209] Daly. H.E., Cobb Jr, JB de Forsenka:” Una red de Ong’s orientada al alivio de la pobreza”, Angok Monograph, series No. 10, 6. 6-8, Sri Lanka, en Cahiers FPH 107.